Desde el primer sistema de almacenamiento de datos sobre disco duro, el RAMAC 305, hasta nuestros días, con las tecnologías Winchester y thin film (película delgada), ha habido un constante avance.
Después de cinco años de la aparición del RAMAC 305 de IBM, en el año 1956, se introdujeron en el mercado otras unidades con capacidad de 3,65 Mbytes.
Con la introducción de los 2314 (29 Mbytes), en un paquete de 10 discos, y los 3330, nació una nueva generación de unidades de disco.
Al inicio de la década de los setenta apareció una nueva tecnología a la que se le dio el nombre de Winchester. Las primeras unidades que utilizaron esta tecnología fueron las IBM 3340 y posteriormente las 3350 y las 3310.
TECNOLOGÍA WINCHESTER
En su primera versión, se basaba en paquetes de disco sellados e intercambiables, en el interior de los cuales se encontraban incorporadas las cabezas de lectura y grabación.
A estas primeras unidades de disco les siguieron otras unidades ya no desmontables y, posteriormente, los discos basados en la tecnología de la película delgada sobre su superficie.
En la tecnología Winchester, el elemento crucial son las cabezas de lectura/grabación. La característica que básicamente diferencia a los discos con tecnología Winchester es la siguiente es la siguiente: las cabezas de lectura/grabación vuelan a una distancia determinada con respecto a la superficie del disco. Entre los factores evolutivos, destaca la paulatina reducción de la altura de vuelo de cabezas, consiguiéndose con ellos una mayor densidad de información grabada en las superficies de los discos.
Cabe remarcar que la diferencia que existe entre las unidades de disco flexible y las unidades de disco duro es el contacto permanente entre las cabezas y la unidad magnética, mientras dura la lectura y la grabación, que ofrecen las unidades de disco flexible.
La altura que mantienen las cabezas con respecto a la superficie magnética se llama "altura de vuelo", ya que las cabezas dotadas de unos perfiles aerodinámicos vuelan por encima de los discos, gracias al empuje del aire que arrastran los discos al girar.
Al reducirse la altura de la cabeza, puede concentrarse el flujo magnético necesario para efectuar las operaciones de lectura/escritura en una zona muy restringida, reduciendo con ello el área para grabar un bit. Así pues, cuanto menor sea la altura de vuelo, mayor será la intensidad de grabación por unidad de superficie.
En tecnologías anteriores a la Winchester era necesario aplicar una presión sobre las cabezas (unos 200 gramos) para contrarrestar la tendencia de separación que ofrecían las mismas cabezas, ya que los discos giran a una elevada velocidad, y las corrientes de aire separaban las cabezas de la superficie.
Con la tecnología de Winchester esta presión se ha reducido a 10 gramos y en algunos casos se ha anulado.
FUENTE: El mundo de la computación
Editorial: Océano
p.p 154-157
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